programa
Preludio del acto II de “El Caserio”
J. Guridi
Diez Melodías Vascas
V De Ronda
VI Amorosa II
J. Guridi
Brisas de Cádiz
Á.Piñero
Elena Ortega, guitarra
España. Rapsodia para orquesta
E. Chabrier
La vida breve.Danza Española
M. de Falla
Siete canciones populares españolas
I. Paño Moruno
II. Seguidilla Murciana
III. Asturiana
IV. Jota
V. Nana
VI. Canción
VII. Polo
J. Guridi
Belén Elvira, mezzosoprano
Que te importa que no venga de “Los Claveles”
J. Serrano
El sombrero de tres picos. Suite Nº2
I. Los vecinos
II. Danza del molinero
III. Danza final
M.de Falla
notas al programa
JESÚS GURIDI
El Caserío. Preludio del Acto II
Este radiante (y benevolente) Preludio anuncia la atmósfera de felicidad con que culminará la zarzuela El Caserío (1926) de Guridi, cuando se unan las vidas de José Miguel y Ana Mari, bendecidos por su tío y alcalde Santi. Se abre con un gran zortziko, que de alguna manera representa el propio caserío y el corazón de la bonhomía vasca, encarnada en Santi. La música se prolonga con un aire de txistularis (txistu o flauta de tres agujeros, más tamboril), y termina con una precipitada dantza arin arin.
JESÚS GURIDI
“Amorosa II” y “De Ronda”, de Diez Melodías Vascas
Guridi fue uno de estos grandes compositores que, en plenos años 20, 30 y 40, ignoró con plenitud la “modernez” atonal, pantonal, politonal, tostonal… que dominaba la estética oficialista híper-intelectual de Centroeuropa (tan oficialista que sólo la profesaban sus “oficiales” e inquisidores, tipo Schoenberg). De manera que –hete aquí- en pleno 1941 se pone a orquestar estas melodías vascas, procedentes del famoso Cancionero de Resurrección Azkue, que ya había armonizado en los años 20, sin más misterio estético que la pura empatía. La Amorosa es en realidad un dulce lamento. La De ronda, entre paisana y majestuosa, casi parece una especie de concerto grosso barroco, con su alternancia entre solista y orquesta, y sus contrapuntos imitativos. Dos pequeños himnos a la autenticidad.
ÁNGEL G. PIÑERO
Brisas de Cádiz
Se trata de la obra de estreno de hoy del compositor y guitarrista Ángel González Piñero. Una obra con marcado carácter español en la que la guitarra se integra como un instrumento más dentro de la orquesta. Ángel G. Piñero promueve, a través de su fundación, la difusión de la guitarra clásica, con un compromiso para los jóvenes intérpretes de este instrumento.
EMMANUEL CHABRIER
España. Rapsodia para Orquesta
Con esta Rapsodia Sinfónica de 1883, Chabrier inauguró esa moda francesa de componer grandes obras francesas sobre España (Debussy, Ravel…). Él se había paseado pletóricamente por San Sebastián, Burgos, Andalucía, Valencia, Barcelona, etc. el año anterior, con su esposa, y cuando llegó a París le borbotaban las melodías y las jotas que había respirado por aquí. Esta música comienza imitando a la guitarra, y enseguida suena una jota soleada, cimbreada y multicolor, con sonidos de banda municipal, de rondallas, de verbenas… que brotan aquí y allá, cuyo ímpetu en 3/4 no decae en seis minutos. (Entonces no había confinamientos…).
MANUEL DE FALLA
La vida breve. Danza Española
La vida breve fue una ópera temprana de Falla, de 1905 (28 años) con libreto de Carlos Fernández Shaw. Cuenta la historia de la gitana Salud, que es víctima de la pasión y de la traición de Paco, su querer, que le jura amor eterno pero se va a casar con otra más adinerada: Carmela. Esta Danza Española suena justamente al principio del segundo acto, mientras se perpetra la boda/puñalada. Pretende ser un baile alegre, pero realmente (como hace Prokofiev en el baile de Romeo y Julieta) está teñido de la agitación, del Judas y del mal fario que aguarda a la infortunada gitana. Aun así, de alguna manera, Falla al final proclama la vitalidad y el esplendor del baile andaluz, por encima de las miserias terrenas…
MANUEL DE FALLA
Siete canciones populares españolas
Falla recogió siete canciones tradicionales, tal cual, en 1914, y les confirió esa visión embrujada que impregna todo lo de Falla: donde hay una modulación, se entrevé un conjuro maligno; donde hay un árbol solitario, se despierta la soledad existencial; o laten torrentes detrás de las exultaciones amorosas… y todo en este plan. 1) El paño moruno es una especie de fandango murciano (curiosamente años después va a ser el leitmotiv del tío Lucas en El sombrero..., porque él es de Murcia). 2) Seguidilla murciana aparece con una oscilación eufórica para decirnos que no tiremos piedras en el tejado del vecino, pues todos tenemos uno de vidrio. 3) Asturiana es sencillamente el llanto de un árbol, que la muchacha asocia a su propio llanto: una de las metonimias más conmovedoras del repertorio. 4) La Jota realiza ese ejercicio ancestral de bailotear ligeramente sobre el desamor. 5) La Nana se remite a esas noches hechizadas de El amor brujo, cuando parece que el que duerme se transfigura en un rumor de la madrugada. 6) La Canción es un difuso (o etéreo) piropo volátil. 7) El Polo añade la violencia del zapateado a esos clásicos cinco “ayes” con los que se estremece un desengaño amoroso.
JOSÉ SERRANO
“Qué te importa que no venga”, de Los claveles
Para su zarzuela (o sainete) Los claveles (1929), Serrano hizo cantar a Rosa (trabajadora de la fábrica de perfumes “Los claveles”) esta canción de despecho hacia Fernando, porque él no le presta atención. El corazón de Rosa quiere desfilar triunfante por las calles de Madrid, y lo consigue durante algunos versos. Pero...
MANUEL DE FALLA
El sombrero de tres picos. Suite nº2
Tenemos que remontarnos a 1917, al Teatro Eslava de Madrid, cuando Falla presentó la pantomima El Corregidor y la Molinera. El argumento se basaba en la novelita El sombrero de tres picos de Pedro Antonio de Alarcón, adaptada por Gregorio Martínez Sierra (o su mujer, que nunca se sabía), y lo tocaba un conjunto dirigido por Joaquín Turina. En 1919 Falla lo convertiría en un gran ballet sinfónico y la estrenaría en Londres con el título actual, bajo la dirección de Ansermet, con los ballets de Diaghilev, coreografía de Massine y decorados de Picasso.
La trama se desarrolla a principios del siglo XIX, con Napoleón poniendo en jaque el antiguo régimen, y Alarcón poniendo en jaque a la España del antiguo régimen, con sus corregidores, sus alguaciles tan ridículos, y los tics oscurantistas que albergaba aquella sociedad… La cosa va de un corregidor (es decir, un vicealcalde de pueblo grande) que quería agenciarse a una guapa molinera, haciendo uso de su omnipotencia, aunque estuviese casada con otro. Este asunto, por supuesto, tiene cientos de años: está en los romances (El molinero de Arcos), en los sainetes, ¡¡en el mismísimo Dostoyevski!! (Memorias de la casa muerta, 1862), e incluso en Hugo Wolf (Der Corregidor, 1895).
En la novela de Alarcón (1875) la molinera, Frasquita, es bella y coqueta, pero leal a su matrimonio e intocable. Todo sucede en una Andalucía salpicada con canciones murcianas, seguidillas, tonadas castellanas… al amor del sol ardiente, las guitarras por la tarde, majos, manolas, y suaves brisas nocturnas… El genio de Falla infunde una extraña profundidad a esas escenas: las brisas nocturnas portan vagas amenazas, los caciques aparecen sombreados por la Inquisición, y el rocío mañanero es emisario de un mañana bienaventurado…
La Suite nº2 que escuchamos hoy cuenta el desenlace de la historia. Antes de ello, Falla ha presentado al molinero, al tío Lucas (según Alarcón “un hombre muy respetuoso, muy discreto, muy fino”, gran conversador, cuarentón y feo como “el sargento de Utrera, que reventó de feo”). Ha presentado la tertulia animada del tío Lucas, donde todos, incluidos escribanos, coroneles y hasta el Prior de los franciscanos, van a allí a admirar la belleza de la señá Frasquita. Lucas se toma con naturalidad la expectación hacia su vistosa y fiel esposa: “Parecía una Niobe colosal, una Hércules hembra… Pero lo más notable en ella era la movilidad, la ligereza, la animación…”, dice Alarcón.
Y todos aquellos tertulianos eran castos galanteadores ¡excepto uno!: el hombre del sombrero de tres picos y de vistosa capa de grana: el señor Corregidor de la ciudad, el Corregidor Zúñiga, “una especie de espectro del Absolutismo, una especie de caricatura de su poder, de espanta-pájaros que a veces era espanta-hombres […] con grandes ojos oscuros, en los que relampagueaba la cólera, el despotismo y la lujuria, de una malicia artera, capaz de todo…”
El Corregidor Zúñiga pretende que Frasquita se entregue a él, y lo pretende sin disimular: “Por cogerte esa mano, ese brazo, esa cara, esa cintura, daría lo que no tengo”. Frasquita se ríe y se burla del espantapájaros, y el jovial tío Lucas está tranquilísimo: “¿Celos yo de ese viejo petate?”… Entre los dos lo despachan, aunque Frasquita le da cierta coba porque quiere que ponga de secretario a un sobrino suyo de Estella (Frasquita es navarra). Pero se ríen de él, y él jura venganza: planea detener al molinero Lucas con cualquier excusa esa noche, para que Frasquita se quede sola, y entonces ¡zas! al ataque… Ahí es donde empieza la Suite nº2:
1. Danza de los vecinos (Seguidilla). Finales de junio: la tertulia del molino se junta en la Noche de San Juan, con el señor obispo, canónigos, manolas, alguaciles, escribanos… En la novela no se baila nada, pero claro, Massine y sus bailarines habían ido allí para algo, así que Falla compone esta seguidilla sobre un canto gitano de Sacromonte, pero la funde con un vientecillo, con una amable brisa de la lejanía. Mientras tanto, Zúñiga planea su venganza.
2. Danza del molinero (Farruca). Ahora la molinera invita a su esposo a bailar la farruca. Falla la compuso en 24 horas porque se lo pidió Diaghilev, para que se luciese Massine. Como todas las danzas de Falla, invoca afectos y prototipos mucho más primitivos que el tío Lucas y que Frasquita y que todas las tertulias: aquí hay un dolor antiguo, y un aceleramiento salvaje.
Después de esta danza llegan los alguaciles de Zúñiga y se llevan a Lucas detenido, como testigo de un caso ficticio, para dejar sola a Frasquita. El viejo Corregidor ve la vía libre y se presenta allí, pero se cae por una acequia y pide auxilio, Frasquita sale y le apunta con un trabuco de su marido… y todo se resume en la última danza:
3. Danza final (Jota). Suena el “No me mates, con tomate”: el Corregidor frente a la heroica pamplonesa con trabuco. Suena la arrolladora jota navarra. Él se desmaya. Ella sale a rescatar a su marido. Éste ha pensado que su esposa lo traiciona. ¡Follón! Nudo dramático. Los alguaciles lo persiguen. Al final todo se aclara. El Corregidor recibe su merecida condena social. Pero, como es típico de Falla, en esta música late la furia, el dolor de la pareja, junto con la caricatura del viejo tiranuelo. Al final, una gran jota en que danzan todos los tipos y todas las contradicciones. ¡Toda España en una jota!
Luis Angel de Benito
Belén Elvira
mezzosoprano
- En junio de 2019 cantó en la Catedral de la Almudena de Madrid, un concierto junto al maestro Plácido Domingo, dirigido por el maestro Jordi Bernàcer.
En Noviembre del 2014 cantó en la prestigiosa sala de conciertos Wigmore Hall de Londres en un recital con el tenor Jorge de León y el pianista Alvarez Parejo; con gran éxito de público y crítica.
En Febrero del año 2016 debutó Andrea Chenier en el teatro Benito Pérez Galdós de Las Palmas, junto a Daniela Dessi, Jorge de León y Sergey Murzaev.
Más destacados: Preziosilla de “La Forza…” en Las Palmas; Salomé, en el Teatro Filarmónico de Verona, con Najda Michael, dirigida por Michael Balke; La Casa de Bernarda Alba, de Miquel Ortega, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid; la Zia Principessa de Suor Angelica, en Galicia; Stabat Mater de Rossini, en el Auditorio de Zaragoza; Suzuky (“Madame Butterfly”), Maddalena, (“Rigoletto”), Dama de Lady Macbeth (Macbeth) Santuzza y Lola (“Cavalleria Rusticana”), Amneris (“Aida”), Eboli (“Don Carlo”), Azucena (“Il Trovatore”), Misa Coronación (Mozart) con Olga Peretyatko, Requiem (Mozart y Verdi), Das Lied von der Erde (Mahler), Petite Messe Solennelle (Rossini), más diversos recitales a piano.
Elena Ortega
guitarra
- Elena Ortega ha actuado como solista en diferentes ciudades y salas de la geografía española como el Auditorio CentroCentro Cibeles, el Círculo de Bellas Artes, el Teatro Infanta Isabel y el Ateneo de Madrid o el Pabellón de Juventudes Musicales de Sevilla, participando a su vez en varios ciclos musicales como Sonidos del Alcázar de Sevilla, Ciclos Cervantinos de la Fundación Cajasol, Caprichos Musicales de Comillas o el Festival Internacional de Guitarra Andrés Segovia de Madrid. Asimismo, ha actuado en Split (Croacia) interpretando el Concierto de Aranjuez junto a la Orquesta Athanor y ha colaborado en diversos proyectos pedagógicos como la Conmemoración del 75 Aniversario del Concierto de Aranjuez organizado por la SGAE y la Escuela Popular de Madrid.
Actualmente, también es miembro del equipo organizador del Festival Internacional de Guitarra de Madrid, forma parte de diversas agrupaciones de cámara y es concertino de la Orquesta de Guitarras de Madrid, actuando en diferentes centros culturales y teatros de la comunidad.
Elena comienza a manifestar un profundo interés por la música ya a una edad temprana. Tras terminar su formación en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid con los maestros Gabriel Estarellas, Iliana Matos y Tomás Campos, su afán por perfeccionarse tanto artística como técnicamente le lleva a cursar el I Máster de Interpretación de Guitarra Clásica de Sevilla dirigido por el maestro Francisco Bernier, con la participación de los maestros Judicaël Perroy, Zoran Dukic, Pablo Márquez, Paolo Pegoraro y Lorenzo Micheli. Recientemente, también ha cursado los estudios de Máster de Interpretación Solista de Música Española en el Centro Superior Katarina Gurska con los maestros Àlex Garrobé y Laura Verdugo del Rey, inspirada por la profunda admiración que siempre ha sentido hacia este repertorio y su relación con algunas músicas de origen popular como el flamenco.
Además, ha recibido clases magistrales de otros grandes intérpretes y figuras de la guitarra como Leo Brouwer, Ricardo Gallén, David Russell, Manuel Barrueco, Pepe Romero, Aniello Desiderio o Joaquín Clerch, entre otros.
OSCG
Flautas
Patricia Villar
Jorge García
Oboes
Isabel Alarcia
Valle González
Clarinetes
Diana Gómez
Ana San Juan
Fagotes
Laura Usano
Wilmer Torres
Trompas
Inés Sanz
Javier López
Paula Gómez
Pablo Bermell
Trompetas
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David Brea
Trombones
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Unai Casamayor
Marcos Pinos
Tuba
Jose Luis Martín
Timbal
Arturo Herrera
Percusión
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Esther Tortosa
Diego Gómez
Arpa
Gloria del Pino
Violines I
Patricia Sánchez
Pablo Castellanos
Jordi Hidalgo
Sergio Gámez
Javier López
Marcos Gómez-Escolar
Valentina Córdoba
Pablo Griggio
Violines II
Estefanía Mayo
Ninogan le Pabic
Adrian Alises
Roberto Mosquera
Diego Giménez
Aram Asatryan
Violas
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Cristina Jiménez
Miriam González
Laura Camón
Claudia Pérez
Chelos
Eva María Sierra
Leticia Hernández
Sergio Méndez
Alberto Campanero
Contrabajos
Paloma Romero
Fernando Calero
Irene Galán